¿Has oído hablar sobre el movimiento Slow Food o comida lenta?
Quizás lo hayas leído en un titular de alguna revista de salud y lo hayas pasado por alto.
En pocas palabras, Slow Food es un movimiento que defiende a capa y espada la alimentación consciente y placentera.
Pero, a pesar de ser una organización internacional, es muy probable que conozcas mejor la comida rápida –fast food- que la comida lenta –slow food-. ¿Verdad?
Si te pica la curiosidad, en este artículo aprenderemos juntos las bases de este movimiento y cómo tú mismo puedes ponerlo en práctica.
¿Qué significa Slow Food?
El término Slow Food hace referencia a comer con atención, valorando la calidad de la preparación y de las materias primas, teniendo en cuenta la procedencia y el tratamiento de las mismas.
Igualmente, es la aspiración a que las personas disfruten de una comida buena y saludable, y aprendan a valorar a quienes producen los alimentos.
Alimentarse bajo el sentido Slow Food también es dar importancia a la cultura, la agricultura y el medio ambiente. Asimismo se influencia la forma en la que se cultivan los alimentos, se producen y se distribuyen, lo cual exige a los productores tener un respeto y una calidad en cada uno de los procesos de producción.
¿Cuál es el objetivo de la Slow Food?
El concepto bajo el cual está fundamentada la Slow Food es evitar la celeridad y la comida rápida, con el fin de aprovechar mejor los recursos y no despilfarrarlos.

Por tanto, uno de sus objetivos es proteger la comida artesanal y tradicional de los pequeños negocios, los cuales son amenazados por las grandes cadenas basadas en la comida rápida.
Efectivamente es el contramovimiento del fast food 🍔, y no solo desde los tiempos de preparación, sino de todos los procesos implicados como el sobreconsumo.
Su objetivo también es dar la debida importancia al placer vinculado al alimento, enseñar a las personas a disfrutar de la diversidad de recetas y sabores, y que reconozcan la variedad de productos.
Igualmente, trabaja en iniciativas comunitarias y proyectos de mayor envergadura como campañas y eventos, con el objetivo de proteger la biodiversidad alimentaria, establecer vínculos entre productores y consumidores, y crear conciencia a la sociedad sobre los asuntos urgentes que afectan el sistema alimentario.
¿Cuáles son los orígenes del movimiento Slow Food?
En un mundo donde la inmediatez tiene tanta relevancia, existe la necesidad de disminuir la velocidad para ir más despiertos por la vida, tener una relación más sana con nuestro entorno y encontrar un ritmo que nos permita estar en el aquí y ahora.

Precisamente, para darle más sentido y urgencia a este tipo de comportamiento, surge el movimiento Slow Food.
En 1986 el sociólogo y gastrónomo Carlo Petrini sembró la idea de la necesidad de «vivir más despacio», sobre todo, a la hora de comer.
Esta idea se manifiesta bajo el contexto de la protesta generada por un grupo de periodistas locales, debido a la inauguración de una filial de la cadena de comida rápida McDonald´s junto a la escalinata de la Plaza España, en Roma.
El objetivo de estos periodistas era, sin más, protestar contra la comida rápida e industrial y realzar el disfrute de una comida fresca, casera y tranquila. También decidieron crear una asociación para promover el placer de comer lento, honrar los productos naturales y las recetas locales.
Tras esto, en 2004, Slow Food fue reconocida como una organización sin ánimo de lucro por la FAO, e igualmente empezó un trabajo con ella.
Hasta este momento, el movimiento Slow Food ha superado los 100.000 asociados en más de 160 países y sus objetivos ahora van mucho más allá de disfrutar de la comida y comer lento.
¿Cómo poner en práctica el Slow Food o comida lenta?
Las bases del fenómeno Slow Food son comer con atención productos de calidad, conociendo su cadena de suministros, el cual debe tener un impacto positivo a nivel social, económico y ambiental.

Desde sus inicios los dirigentes han buscado promover el uso de alimentos ecológicos, defender la biodiversidad, un consumo sostenible y responsable con los productores.
A continuación, te daré algunas propuestas para que puedas ponerlo en práctica con tus familiares y amigos:
- Compra en los mercados locales, preferentemente de los mismos agricultores.
- Come sin ver la televisión o el móvil.
- Disfruta de la comida en compañía de la familia o de amigos.
- Educa el paladar a favor de la comida sana y en contra de la comida rápida.
- Protege los locales gastronómicos, por su valor histórico, artístico y social.
¿Existen restaurantes Slow Food?
Claro que sí, también son conocidos como restaurantes Km.0. Estos restaurantes apuestan por una alimentación dirigida a prestar atención a los sabores, los aromas, las texturas y las combinaciones de los alimentos.

Por otra parte, los chefs entienden que el placer gastronómico y la responsabilidad con los productores no puede separarse y que en su unión está el éxito de una comida deliciosa.
Los restaurantes Slow Food se identifican con un caracol 🐌, el cual es el emblema de la lentitud. La calidad, la procedencia de los alimentos y de las materias primas deben ser lo más valorado.
Por eso, para ser aceptado dentro de la organización, los restaurantes deben acatar ciertas normas como:
- Evitar la estandarización de la comida.
- Conservar la calidad de las materias primas. Por ende, los menús no pueden contener alimentos modificados genéticamente.
- Favorecer el consumo de productos locales.
- Divulgar el valor y los beneficios de los alimentos.
¿Qué te ha parecido el movimiento Slow Food? ¿Lo practicas de alguna manera?
Me encanta enseñaros estas tendencias relacionadas con la comida saludable y conocer vuestra opinión al respecto, así que estaré encantada de leerte en los comentarios 😊